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29 de enero de 2014

Un día en el que todo cambia

Resulta que hay un día en el que todo cambia, en el que finalizas tantas cosas que tenías pendientes y decides empezar de nuevo con lo que un día iniciaste.

Resulta que se puede volver a sonreír por un instante con palabras separadas de una hoja en blanco, aunque luego no sepas si merece la pena. ¿Pero acaso tú lo sabes? ¿Sabes si es mejor hablar o no? ¿Eres capaz de describir con palabras ante un papel en blanco todo lo que sientes a lo largo del día? Sí! Así! ¿Lo habías pensado? Resulta cuanto menos un poco desolador el saber que existe una alta probabilidad de que nadie te va a lea, de que nadie se sienta identificado, de que nadie capte aquello que tú quieres expresar y que nadie escuchará aquello que quieres con tanto ímpetu decir...porque llega un instante en el que piensas... ¿Para qué? Si nadie me va a leer...

Pero claro, resulta que hay un día en el que todo cambia, y ese día te sorprendes de cosas que jamás habías pensado que fuesen a suceder, reacciones inesperadas y palabras inimaginables...y sí, a todo el mundo le ha pasado.

Solo piensa una cosa al final del día...¿Si publicases esa hoja en blanco con tus sentimientos casi diarios, te leerian? ¿Y sino lo hace nadie? No pasa nada, nadie se puede convertir en todo...¿Te has parado a pensar que si al menos tus palabras llegan a una persona, A UNA SOLA PERSONA, ya ese nadie se habrá convertido en alguien que te quiera leer el resto de los días? Píensalo...eso solo pasa el día en el que todo cambia.

P.d.: Aquí te dejo la hoja en blanco...con cada una de las líneas que quieres que marquen tu día a día, ahora solo te falta a tí completarla. ¡¡Adelante!!


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